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Wall Street festeja el “Labor Day” sin olvidarse del desempleo

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La memoria de los 2.0000 puntos superados por el índice S&P 500 hace una semana y el ronroneo de la cautela de la presidenta de la Reserva Federal al hablar sobre el mercado laboral acompañarán a Wall Street en la apertura de esta semana corta para los mercados, que estarán cerrados este lunes por el Día del Trabajador (Labor Day), una fecha que representa, para una gran mayoría, el fin simbólico de la temporada de verano, la vuelta al colegio y el inicio de la lenta pero progresiva transformación de los verdes vibrantes de la naturaleza en los cobres, rojizos y anaranjados colores de otoño.

Aunque hasta ahora el inversor estadounidense se haya encogido de hombros en gran parte ante la crisis geopolítica desde Ucrania a Gaza e Irak, la situación no será ignorada por más tiempo, por más promesas de estímulo que impregnen el ambiente bursátil al otro lado del Atlántico.

En el recuerdo queda enterrado el bajo volumen de operaciones de la última semana de agosto, un 30% inferior en promedio al del mismo período en 2013; así como la tasa de desempleo que en septiembre pasado alcanzaba 7,2%. La realidad laboral, por muy gris que la pinte la señora Yellen, es sin dudas más rosa que la realidad que vivían los estadounidenses hace 12 meses. Y, si en cifras nos fijamos, solo hay que ver que la estimación del consenso para la tasa de desempleo de septiembre apunta a 6,1%, más del 1% respecto al año anterior, contando con la creación de 223.000 puestos de trabajo.

Corroborando el fuerte impulso con el que el sector fabril estrenó el tercer trimestre, se espera que el índice que elabora el Instituto de Gestión de Suministros (ISM) muestre una expansión por décimo quinto mes consecutivo hasta el 57,4%, después de haber alcanzado máximos de más de cuatro años en julio. Como destacó el ISM hace un mes, aunque la situación del sector manufacturero es positiva en general, algunas empresas comenzaron a mostrar algunos signos de preocupación por la coyuntura geopolítica internacional. Asimismo, el ISM no manufacturero, que mide la actividad del sector servicios, posiblemente registre 58,5 puntos en agosto, cerca de los niveles de julio cuando tocó su nivel más alto desde que se comenzó a elaborar el dato en enero de 2008.

Por su parte, los pedidos a fábrica podrían mostrar un aumento de 16,6% liderados por las órdenes de aviación, equipamiento electrónico y maquinaria industrial. Tampoco habrá que olvidar el informe de la productividad no agrícola del segundo trimestre, que mide la producción horaria por trabajador, cuya lectura revisada se anticipa en 2,4%, una décima menos que hace un mes, pero firmemente asentada contra la caída rectificada de 4,5% en los tres primeros meses del año, la contracción más intensa desde el cuarto trimestre de 1981.

Otro dato de especial relevancia es el déficit comercial de EE.UU., que de acuerdo con el pronóstico de los expertos, bajará en 100 millones a 41.400 millones de dólares en julio, después de contraerse 7% en junio apoyado en la mayor caída en tres años y medio de las importaciones de petróleo. El reciente auge en la energía nacional está llevando a EEUU a reducir su dependencia en el petróleo extranjero, ayudando a aliviar las presiones en la brecha comercial y, por ende, en el déficit de cuenta corriente.

En el sector inmobiliario se espera que el gasto en construcción de julio remonte un 1,5% tras haber registrado la caída más pronunciada en más de tres años (1,8%) por la escasez de inversión en la construcción no residencial y en proyectos gubernamentales.

Por el lado del consumo, aunque especialmente vinculado a la producción y las manufacturas, las ventas de vehículos podrían haber incrementado en 200.000 autos a 16.6 millones de unidades en agosto. En tanto, la visión quizá más completa y explicativa del estado actual de la economía, matizada además por la percepción de la Fed, la aportará el ‘Libro Beige’, el informe económico regional y sectorial que publicará la autoridad monetaria estadounidense a mitad de semana.

Mónica Coronatti, Editora Sala de Inversión América