Sala de Inversión - Latinoamérica
Dow Jones en 17.000 ¿Y ahora qué?
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Tras de seis trimestres consecutivos en terreno positivo sin tomarse un respiro, con 23 cierres récord en el S&P y 12 en el Dow Jones, la renta variable de los Estados Unidos, tras una semana de celebraciones en la que el volumen de negociación empezó a disminuir tanto por el verano como por las festividades, se prepara para encarar una nueva temporada de resultados corporativos a finales de julio.
Es probable, que el mercado reaccione con menos entusiasmo a los informes del segundo trimestre que a lo mostrado en los primeros tres meses del año. Y esto, hasta cierto punto sería normal. Por un lado las compañías que han rebajado sus expectativas de ganancias son castigadas con dureza, y las que las mantienen, alcanzan o superan por escaso margen las previsiones, no son premiadas en forma generosa.
Anticipando un entorno menos benévolo por parte de los inversores, y tras calibrar el posible impacto de la contracción económica del primer cuarto del año (-2,9%) en los resultados corporativos y el efecto duradero que ésta pueda haber tenido en abril, los analistas de Wall Street plantearon a la baja el pronóstico de beneficios por acción (BPA) del segundo trimestre en un 1,7%, el menor recorte en tres años.
Por otro lado, también es probable que el mercado ya haya interiorizado el esperado repunte de los beneficios, de la misma forma que lleva meses internalizando la reactivación económica en el segundo semestre, lo cual llevaría a los inversores a sentirse fácilmente decepcionados y a buscar mayores valoraciones, esto si los resultados no están a la altura.
Estos argumentos forman parte del contexto del mercado en esta semana bursátil, durante la cual los inversores tendrán más tiempo para pensar ante la llegada de un menor número de informes en una agenda macroeconómica en cuyo centro se encuentran las Actas de la Reserva Federal. Las minutas de la última reunión del Comité de Mercado Abierto (FOMC) se analizarán con especial interés buscando señales que confirmen o desmientan los comentarios de James Bullard, presidente de la Reserva Federal de la Fed de San Louis, quien señaló que la autoridad monetaria elevará las tasas de interés a partir del primer trimestre de 2015 – antes de lo que la mayoría de los funcionarios piensan – debido a la disminución del desempleo (lo que ha quedado demostrado en el último informe de junio) y la aceleración de la inflación.
En referencia al consumo, este martes se publicarán los datos de créditos al consumidor, que a juzgar por el repunte de las ventas de vehículos en máximos de ocho años, podrían superar los 27.000 millones de dólares en préstamos concedidos el pasado abril.
Asimismo, también se podría esperar que el dato de los inventarios mayoristas reafirme la corriente de recuperación observada en marzo y abril con un avance de 1,1%. En esta línea, el consenso prevé un incremento de 0,8%, el que motivaría las perspectivas de una pronunciada recuperación de la actividad económica en la segunda mitad del año.
Por último, como cada jueves habrá que estar atento al dado de las solicitudes semanales para el cobro de subsidios al desempleo, que en verano, época en la que tradicionalmente remontan las contrataciones temporales, podrían mostrar un agudo descenso. Y para el viernes los presupuestos federales de junio pondrán fin a la agenda macroeconómica semanal posiblemente con un déficit superior a 100.000 millones de dólares.
Es probable, que el mercado reaccione con menos entusiasmo a los informes del segundo trimestre que a lo mostrado en los primeros tres meses del año. Y esto, hasta cierto punto sería normal. Por un lado las compañías que han rebajado sus expectativas de ganancias son castigadas con dureza, y las que las mantienen, alcanzan o superan por escaso margen las previsiones, no son premiadas en forma generosa.
Anticipando un entorno menos benévolo por parte de los inversores, y tras calibrar el posible impacto de la contracción económica del primer cuarto del año (-2,9%) en los resultados corporativos y el efecto duradero que ésta pueda haber tenido en abril, los analistas de Wall Street plantearon a la baja el pronóstico de beneficios por acción (BPA) del segundo trimestre en un 1,7%, el menor recorte en tres años.
Por otro lado, también es probable que el mercado ya haya interiorizado el esperado repunte de los beneficios, de la misma forma que lleva meses internalizando la reactivación económica en el segundo semestre, lo cual llevaría a los inversores a sentirse fácilmente decepcionados y a buscar mayores valoraciones, esto si los resultados no están a la altura.
Estos argumentos forman parte del contexto del mercado en esta semana bursátil, durante la cual los inversores tendrán más tiempo para pensar ante la llegada de un menor número de informes en una agenda macroeconómica en cuyo centro se encuentran las Actas de la Reserva Federal. Las minutas de la última reunión del Comité de Mercado Abierto (FOMC) se analizarán con especial interés buscando señales que confirmen o desmientan los comentarios de James Bullard, presidente de la Reserva Federal de la Fed de San Louis, quien señaló que la autoridad monetaria elevará las tasas de interés a partir del primer trimestre de 2015 – antes de lo que la mayoría de los funcionarios piensan – debido a la disminución del desempleo (lo que ha quedado demostrado en el último informe de junio) y la aceleración de la inflación.
En referencia al consumo, este martes se publicarán los datos de créditos al consumidor, que a juzgar por el repunte de las ventas de vehículos en máximos de ocho años, podrían superar los 27.000 millones de dólares en préstamos concedidos el pasado abril.
Asimismo, también se podría esperar que el dato de los inventarios mayoristas reafirme la corriente de recuperación observada en marzo y abril con un avance de 1,1%. En esta línea, el consenso prevé un incremento de 0,8%, el que motivaría las perspectivas de una pronunciada recuperación de la actividad económica en la segunda mitad del año.
Por último, como cada jueves habrá que estar atento al dado de las solicitudes semanales para el cobro de subsidios al desempleo, que en verano, época en la que tradicionalmente remontan las contrataciones temporales, podrían mostrar un agudo descenso. Y para el viernes los presupuestos federales de junio pondrán fin a la agenda macroeconómica semanal posiblemente con un déficit superior a 100.000 millones de dólares.
Mónica Coronatti, Editora Sala de Inversión América