Sala de Inversión - Latinoamérica
Adaptándose a la nueva realidad
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Wall Street intuye que la limpia salida de la Reserva Federal del programa de compra de activos, significa que las cosas tendrían que empeorar mucho para que el ente emisor estadounidense considere volver a implementar nuevos estímulos cuantitativos. Teniendo en cuenta la adicción que ha desarrollado el mercado a las inyecciones de liquidez desde 2008, ahora le resultará más difícil responder positivamente ante las malas noticias. Adicionalmente, la volatilidad y la prima de riesgo podrían ir en aumento.
Ahora que la Fed se ha desvinculado completamente del QE, la responsabilidad de estimular el crecimiento económico está recayendo sobre otros bancos centrales como el Banco de Japón o el Banco Central Europeo. Aunque a medio plazo esta situación es alcista para el dólar, también implica que el aumento de las tasas de interés a largo plazo podría verse restringido. Sin embargo, en el corto plazo, y con las posiciones largas en el dólar cerca de máximos récord, incluso los inversores más bullish (alcistas) sentirán la necesidad de buscar pruebas de que la economía estadounidense se está desacoplando de la de Europa y Asia.
Uno de los datos con el poder de confirmar dicho desacople son las ventas al por menor, fiel reflejo del gasto de los consumidores en distintas categorías y artículos. Precisamente en el epicentro de la agenda económica de esta semana bursátil se ubican las ventas minoristas, con un incremento previsto del 0,8% en octubre tras el imprevisto descenso el mes previo (-0,3%) que ofreció una visión de cautela respecto a la demanda del consumidor, más aún dada la cercanía de la temporada de compras de Navidad, una de las más importantes del año para los comerciantes. Excluyendo la partida de automóviles, los expertos prevén un aumento de las ventas del 0,2%. Si bien la facturación en las estaciones de servicio podría bajar por el abaratamiento del petróleo, en general el efecto en la economía sería positivo, puesto que menores precios de la energía liberarán ingresos para el gasto discrecional en los próximos meses.
Los primeros días de operaciones se esperan más bien tranquilos, con el feriado del Día de los Veteranos el martes, en el que el mercado de bonos estará cerrado, y ante la ausencia de información económica relevante hasta el jueves cuando se publican los presupuestos mensuales del estado. El déficit del tesoro estadounidense en octubre se estima en 90.600 millones de dólares; en tanto, las solicitudes semanales para el cobro de subsidios por desempleo, que se publican el mismo día, están previstas en 270.000 en la semana del 3 de noviembre.
También habrá que seguir los inventarios mayoristas y los inventarios empresariales, con un aumento estimado de 0,5%, respectivamente, en septiembre, así como los precios de importación para los que se espera una contracción de 1,2% en octubre, luego de caer 0,2% el mes anterior. En última instancia el viernes se publicará el índice de sentimiento del consumidor que elabora la Universidad de Michigan, para el cual se espera una lectura de 84,5 puntos en noviembre.
Ahora que la Fed se ha desvinculado completamente del QE, la responsabilidad de estimular el crecimiento económico está recayendo sobre otros bancos centrales como el Banco de Japón o el Banco Central Europeo. Aunque a medio plazo esta situación es alcista para el dólar, también implica que el aumento de las tasas de interés a largo plazo podría verse restringido. Sin embargo, en el corto plazo, y con las posiciones largas en el dólar cerca de máximos récord, incluso los inversores más bullish (alcistas) sentirán la necesidad de buscar pruebas de que la economía estadounidense se está desacoplando de la de Europa y Asia.
Uno de los datos con el poder de confirmar dicho desacople son las ventas al por menor, fiel reflejo del gasto de los consumidores en distintas categorías y artículos. Precisamente en el epicentro de la agenda económica de esta semana bursátil se ubican las ventas minoristas, con un incremento previsto del 0,8% en octubre tras el imprevisto descenso el mes previo (-0,3%) que ofreció una visión de cautela respecto a la demanda del consumidor, más aún dada la cercanía de la temporada de compras de Navidad, una de las más importantes del año para los comerciantes. Excluyendo la partida de automóviles, los expertos prevén un aumento de las ventas del 0,2%. Si bien la facturación en las estaciones de servicio podría bajar por el abaratamiento del petróleo, en general el efecto en la economía sería positivo, puesto que menores precios de la energía liberarán ingresos para el gasto discrecional en los próximos meses.
Los primeros días de operaciones se esperan más bien tranquilos, con el feriado del Día de los Veteranos el martes, en el que el mercado de bonos estará cerrado, y ante la ausencia de información económica relevante hasta el jueves cuando se publican los presupuestos mensuales del estado. El déficit del tesoro estadounidense en octubre se estima en 90.600 millones de dólares; en tanto, las solicitudes semanales para el cobro de subsidios por desempleo, que se publican el mismo día, están previstas en 270.000 en la semana del 3 de noviembre.
También habrá que seguir los inventarios mayoristas y los inventarios empresariales, con un aumento estimado de 0,5%, respectivamente, en septiembre, así como los precios de importación para los que se espera una contracción de 1,2% en octubre, luego de caer 0,2% el mes anterior. En última instancia el viernes se publicará el índice de sentimiento del consumidor que elabora la Universidad de Michigan, para el cual se espera una lectura de 84,5 puntos en noviembre.
Mónica Coronatti, Editora Sala de Inversión América